LAUDEMONT MINISTRIES

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ARTÍCULOS Y ESTUDIAS

Sugerencias para los líderes de adoración

Traducido y adaptado por Desarrollo Cristiano Internacional.

Hace algunos años le pidieron a nuestro yerno que fuera uno de los líderes musicales de su iglesia. El siguiente artículo está basado en una carta que le enviamos para responder a sus preguntas y peticiones de oración sobre esta nueva responsabilidad que asumía.


Querido Richard,

Queríamos escribirte una larga carta sobre tu función como líder musical. Las muchas tareas del liderazgo musical que describiste anteriormente, y que ahora son tu responsabilidad, son muy importantes, por eso nos gustaría comentarlas. No tenemos ninguna duda de que muchos de nuestros comentarios representan también tus propias convicciones. Pero ¡por favor permítenos expresarlas de todas maneras!

Seleccionar los cantos para el tiempo de adoración no es un asunto sencillo. Por supuesto que la música a menudo se selecciona con algún tema particular en mente, basado en el énfasis que el pastor quiere poner en su enseñanza. Pero incluso cuando este sea el caso, hay otros factores importantes que se deben tomar en cuenta a la hora de seleccionar eficazmente los cantos. La música ayuda mucho en crear el ambiente propicio para entrar en la presencia del Señor. Creemos que la adoración necesita desarrollarse al punto en que el Señor «aparezca» entre su pueblo. Si se toma a los Salmos como referencia, esa aparición del Señor parece haber sido un punto culminante en los festivales de Israel. Porque Dios es soberano no podemos planear su aparición, pero la Escritura nos enseña que el Santo, en su gracia, consiente en habitar «entre las alabanzas de Israel» (Salmo 22.3). La música apropiada ayuda a poner en el trono de nuestras alabanzas al Señor.

Por supuesto que en la liturgia eucarística de nuestros cultos existen dos momentos especiales en que sentimos la presencia del Señor: en la lectura del santo evangelio, y en la repartición del pan y del vino. Pero la música a través de todo el culto contribuye a que estemos conscientes del movimiento del Espíritu de Dios en la congregación, empezando con los cánticos introductorios los cuales fomentan la celebración ante el Señor en una forma notable y alegre. La música durante otras partes del culto, como por ejemplo durante la Santa Cena, ayuda a que las personas reflexionen más. Uno necesita escoger los cantos basándose en el momento en que estos aparecerán en la secuencia histórica de la adoración: introducción, lectura de la Palabra, repartición de los elementos de la Santa Cena, despedida.

Richard, sea cual fuere el canto que decides usar en la adoración, necesitas hacerte las siguientes preguntas. Estas se aplican ya sea si planeamos los cantos por adelantado o si, durante el culto, el Espíritu nos guía a hacer algo que no habíamos pensado.

  • ¿Es el canto trillado y trivial, o su letra y música es profunda y firme? La música no tiene que ser antigua para que sea digna e imponente. «Nuestro Dios es un Dios imponente», por ejemplo, tiene una solidaridad persistente. Por el contrario, muchos de los cantos más antiguos y los tan conocidos himnos tristemente carecen de calidad y apreciación musical hacia toda la extensión de la experiencia cristiana.
  • ¿El canto nos celebra — nuestros sentimientos, nuestra experiencia musical — o nos dirige a la acción de Dios en Cristo? Los cantos que se enfocan en el adorador y no en Aquel que merece toda la adoración destruyen el proceso de la aparición del Señor. Incluso el canto que dice «Vamos a olvidarnos de nosotros y concentrémonos en él, y adorémosle» me hace pensar en mí y si estoy concentrado, ¡en lugar de enfocarme en Cristo!
  • ¿Se utiliza el canto en forma excesiva en nuestra congregación? ¿Sería mejor si enseñaramos algo nuevo o no tan conocido? Por otro lado, no es conveniente enseñar un cántico cuando la adoración está llegando a un momento clave. A menos que tu congregación sea lo bastante astuta para aprender música nueva, es mejor utilizar un tiempo más informal (como por ejemplo el tiempo de anuncios o antes de las ofrendas) para enseñar nuevos cantos y entonarlos en la adoración hasta que la congregación ya los haya aprendido.
  • ¿El canto fluye fácil y lógicamente al cántico que preside, o la transición es extraña? Practica tus claves y tiempos con anterioridad para que las transiciones fluyan uniformemente. Las interrupciones rompen el flujo de la adoración y tenemos que empezar a acercarnos a Dios de nuevo. Es importante que el líder evite introducir los cantos con comentarios o anuncios. («Muy bien, ahora vamos a cantar tal y tal himno.»). La única excepción es un pasaje de la Escritura muy bien escogido y que ilustre lo que se acaba de cantar o lo que se va a cantar. Hemos escuchado que esto usado eficazmente mantiene el movimiento de la adoración.
  • ¿Cómo debería yo, como líder de adoración, entonar este canto? Ya has sido miembro del equipo de adoración, y estás acostumbrado a cantar partes de la armonía de vez en cuando. Pero el líder musical funciona como «adorador en jefe» y necesita ser el vocero de toda la congregación ante el Señor. Su función no es inventar música en el momento sino cantar la melodía junto a toda la iglesia. Si el líder entona un canto en forma distinta, la congregación podría pensar que así es la melodía. Hasta este día, en una iglesia a la que solíamos asistir, todo el mundo cantaba «Bendice alma mía a Jehová» con las notas equivocadas porque así lo hacía el pastor y toda la gente lo seguía. Si deseas cambiar las notas de un canto o hacer algún arreglo, pídele a otro miembro del equipo que dirija ese canto. Es muy frustrante estar en un culto de adoración donde los cantos no son conocidos y ¡uno no sabe a que voz seguir!

Además de las preguntas sobre los cantos que pensamos usar, hay unas cuantas preguntas adicionales que necesitamos hacernos como líderes de adoración. Entre ellas:

  • ¿La forma en que me presento como líder hace que la atención se centre en mí o en mi función, o dirijo fielmente a la congregación hacia el Señor? En esta conexión, la forma en que nos vestimos es muy importante. La ropa que es brillantemente colorida o extraña puede distraer a los otros adoradores. Recuerdo que una vez un predicador empezó su sermón diciendo: «Señor, esconde a tu siervo detrás de la cruz . . .» y predicó usando una chaqueta de rojo brillante y una corbata llamativa. La ropa que es demasiado casual también nos envía un mensaje: «No era lo suficientemente importante me preparara para “adorar al Señor en la majestad de la santidad” (Salmo 29.2), y realmente no es “cosa horrenda caer en la manos del Dios vivo” (He 10.31)».
  • Lo que se aplica a nuestra ropa se aplica también a todo el asunto de cómo presentarnos ante la congregación. El uso del humor, por ejemplo, hace que la gente nos ponga atención a nosotros en lugar de a Dios. Quizá te veas tentado a exhibir tu astuto humor, pero te sugerimos que la guardes para tu próxima reunión de amigos. El humor inapropiado puede destruir la solemnidad e intensidad que caracteriza a la verdadera adoración. Hemos visto como pastores y líderes de adoración hacen desaparecer el sentido de la presencia de Dios por sus malos chistes y otros comentarios de mal gusto, ¡incluso cuando presiden la Cena del Señor! Creemos que esta práctica genera incomodidad para acercarse íntimamente al Señor — ¡qué terrible tragedia para un líder cristiano!
  • En un nivel más profundo, ¿es nuestra vida y conducta fuera de las paredes del templo consistente con el deseo de presentarnos como sacerdotes del Señor? ¿Cuál es el testimonio de nuestras palabras, así como de nuestras acciones y conductas? ¿Usamos palabras groseras, entablamos una conversación como si los sentimientos e ideas de las otras personas presentes son insignificantes o nos comportamos de una forma egocéntrica? ¿O escuchamos las ideas de los demás, y los tratamos recordando que llegado el domingo los guiaremos en las alabanzas a Dios?

¡Richard, creo que acabo de escribir un artículo! Esperamos que responda adecuadamente las preguntas y los comentarios que nos hiciste sobre tus nuevos deberes. Ten por seguro de que continuamente oraremos por ti, como líder musical y de adoración. Te han escogido para una gran responsabilidad y apreciamos el hecho de que estás tomando esta comisión seriamente.

Con amor, papá y mamá.